¿Estás considerando colocar un techo de chapa? ¿O ya lidiás con algunos de sus problemas? ¡Aprendé a prevenirlos y solucionarlos!

Son una opción eficaz, económica y duradera. Y aunque suelen mantenerse en perfectas condiciones por muchos años, siempre es útil saber cómo arreglar un techo de chapa y mantenerlo en buenas condiciones. ¡Sobre todo si queremos ahorrarnos dinero y dolores de cabeza! Por eso, desde Familia Bercomat, vamos a compartirte los mejores consejos para solucionar cualquier inconveniente que puedas tener con goteras, corrosiones o humedades. 

¿En qué casos es conveniente instalar un techo de chapa?

Sin dudas, los techos de chapa son una gran solución para muchas propiedades ya que se trata de una alternativa liviana, fácil de instalar y mucho más económica que otros tipos de techos. Por su versatilidad y eficiencia, es frecuente encontrarlos en viviendas particulares, edificios comerciales e industriales. Y por sus características, este material es ideal para localidades que tengan muchas lluvias, vientos fuertes y caída de nieve. 

Si elegís chapas de buena calidad y las colocás correctamente, vas a tener un techo sólido y duradero durante muchísimos años. Por eso cada vez más personas se están animando a esta opción, incluso para solucionar definitivamente problemas de humedad y filtraciones en techos y paredes de material. 

Problemas en techos de chapa: arreglalo vos mismo

Aunque son una opción muy resistente y duradera, como todo material tienen una vida útil determinada y requieren un mantenimiento mínimo para conservarse en buen estado. 

Goteras, filtraciones y condensación

Las goteras y filtraciones pueden ser causadas por juntas mal selladas, perforaciones o corrosión. Para solucionarlo, es fundamental realizar un mantenimiento periódico y reparar cualquier inconveniente ni bien lo detectes. Para hacerlo, podés usar selladores de alta calidad y reemplazar las piezas dañadas para evitar que la situación empeore.

Si vivís en una zona húmeda, puede que tus techos de chapa te generen problemas de condensación. Esto se produce cuando el aire húmedo entra en contacto con una superficie fría. En ese momento, el vapor de aire se transforma en pequeñas gotas de agua que pueden provocar humedades muy molestas y perjudiciales para tu hogar. 

 La solución, por suerte, es muy sencilla: la clave está en garantizar una ventilación adecuada para reducir la acumulación de humedad en el interior. Te sugerimos en estas ocasiones revisar la cantidad de aberturas y, de ser necesario, sumar una ventana más o una rejilla de ventilación. 

Proyectar mucho calor o mucho frío

Si no tienen una aislación adecuada, los techos de chapa pueden ser propensos a la transferencia de calor, lo que puede resultar en un ambiente interior demasiado caluroso en verano y frío en invierno. Para contrarrestar esto, es muy recomendable instalar sistemas de aislamiento térmico usando fibra de lana de vidrio, poliuretano expandido o telgopor. 

Con techos de chapa aislados correctamente, además de contribuir a la aislación térmica de tu casa, vas a reducir la entrada de ruidos fuertes y molestos. De esta forma, además de hacer más confortable el interior de nuestra casa, también ayudará a reducir los costos de energía.

Corrosión

Si vivís en áreas de alta humedad o tus techos de chapa están expuestos a productos agresivos, tenés que tener mucho cuidado con la corrosión. Para esto te sugerimos inspeccionar regularmente el techo buscando signos de deterioro y aplicar pinturas protectoras para prevenir su avance y prolongar la vida útil del material.

Siempre te conviene optar por una chapa galvanizada o con tratamientos anticorrosivos. Aunque son un poco más costosas, la realidad es que requieren menos mantenimiento, mano de obra y, a la larga, terminan siendo una mejor inversión.

Roturas o perforaciones

Las roturas o perforaciones en el techo de chapa pueden ser el resultado de impactos, de las inclemencias climáticas, granizos o simplemente por la acción del tiempo. Es esencial reparar estas áreas de manera oportuna para evitar filtraciones de agua y daños estructurales. 

Para hacerlo podés hacer uso de parches de chapa y selladores específicos para este tipo de materiales. ¡No te dejes estar! Una refacción a tiempo puede ahorrarte muchos disgustos. 

La importancia del mantenimiento en techos metálicos

El mantenimiento regular es fundamental para garantizar el rendimiento y la longevidad de un techo de chapa. Recordá realizar inspecciones periódicas para identificar cualquier problema potencial y hacer las reparaciones necesarias. Además, es importante limpiar el techo de impurezas y mantener despejados los desagües para evitar la acumulación de agua.

¡Animate a la practicidad de los techos de chapa!

En resumen, los techos de chapa ofrecen una solución duradera y versátil para una variedad de aplicaciones. Con el mantenimiento adecuado, pueden brindar protección confiable durante muchos años. ¡Aprovechá las ventajas de esta opción práctica y resistente para tu próxima construcción o renovación!