La amoladora es una herramienta súper versátil, con la que podrás realizar cientos de trabajos manuales. En esta nota, desde Familia Bercomat te contamos cómo usar una amoladora

¿Sabés cómo usar una amoladora? Es una de las herramientas eléctricas más versátiles y útiles para llevar adelante trabajos manuales. Pero es necesario aprender a utilizarla correctamente para protegernos a nosotros mismos, obtener un trabajo prolijo y cuidar nuestra herramienta. Por ello, en capítulo desde Familia Bercomat te vamos a contar todo lo que tenés que saber para usarla correctamente.

Consejos para usar una amoladora

Las amoladoras son herramientas eléctricas manuales que sirven para cortar, lijar y pulir diversos materiales. Funcionan con un motor pequeño que hace girar un disco a altas revoluciones, lo que las hace perfectas para conseguir muy buenos resultados, con acabados limpios y rectos.

Suelen incluir un mango o empuñadura ajustable en el lateral para facilitar su agarre y manipulación.  Y con ellas se pueden realizar desde tareas de bricolaje hasta trabajos de nivel profesional.

Existen amoladoras de diferentes tamaños y potencias, que se ajustarán a las tareas que tengas que llevar a cabo. Las más pequeñas son ideales para trabajos domésticos, mientras que las más grandes y potentes pueden serte súper útiles cuando tenés que hacer cortes o trabajos más grandes y complejos. Consultá con los especialistas de Familia Bercomat cuál te conviene más según tus necesidades de uso.

En cuanto a los discos, hay un repertorio muy amplio con distintos diámetros y superficies. La elección de un tipo de disco u otro, dependerá del material sobre el que vayas a aplicar la amoladora, ya que cada uno requiere un disco concreto y posibilitará distintos usos de corte, lijado o desbastado en casi todo tipo de materiales. Los más habituales son la piedra, la cerámica, el ladrillo y el granito.

Pasos para usar una amoladora: precauciones iniciales

Antes de ponerte manos a la obra, recordá que se trata de una herramienta eléctrica de corte potente, por lo que será necesario extremar los cuidados para proteger tu cuerpo. Esto no significa manipular la herramienta con miedo, pero sí seguir al pie de la letra las indicaciones de seguridad.

Equipamiento de protección

Lo primero y más importante de todo es proteger lo que vamos a tener más expuesto, es decir, las manos, los ojos y la cara. Los discos de corte de la amoladora son muy filosos y, cuando entran en contacto con algunas superficies, como el hierro o el metal, suelen echar chispas. Por ello, es importantísimo  utilizar guantes de trabajo, gafas protectoras y una mascarilla de seguridad todo el tiempo.

Además, al girar a tantas revoluciones por segundo, los discos pueden partirse y pueden provocarte cortes en la cara. Por ello, en la medida de lo posible lo ideal es trabajar solos o que todos los que estén alrededor de la máquina tengan sus mascarillas protectoras.

Entonces recapitulando, lo que no puede faltarte es:

• Guantes
• Gafas de seguridad
• Mascarilla

Acondicioná la zona de trabajo

Preparar la zona donde vas a trabajar es otro factor clave, tanto para cuidar tu espacio como para reducir al máximo la posibilidad de tener un accidente. Para ello, revisá y prepará los accesorios que vas a utilizar. Tenelos a mano y en buenas condiciones de uso. Esto te será de mucha ayuda y te facilitará el trabajo, ya que evitará que tengas que desplazarte de un lugar a otro.

Además, como las amoladoras producen chispas, es indispensable  retirar del espacio de trabajo cualquier material inflamable para evitar accidentes e incendios. Utilizá ropa que contenga baja composición plástica (no uses polars ni indumentaria con mucho poliester).

Ahora sí, ¡manos a la obra!

Como mencionábamos anteriormente, la amoladora es una herramienta súper versátil, que podrás aprovechar para llevar adelante muchísimas tareas manuales. A continuación te contamos algunas de sus funciones:

Desbastado de materiales: Esta técnica consiste en eliminar material de manera superficial. Se trata de hacer microcortes horizontales para retirar una parte o la totalidad del material que no deseamos más sobre una superficie. Hay discos específicos para el desbastado, pero se puede conseguir una función parecida aplicando discos finos y colocando la máquina con una leve inclinación sobre la superficie.

Corte de cerámica: ¿Estás en obra y tenés que hacer recortes en porcellanatos, azulejos o cerámicos? ¡La amoladora será tu aliada número uno! Con ella podrás hacer cortes en estos materiales y conseguir los ángulos que necesitás para tu espacio. Para ello necesitarás utilizar un disco de corte.

Eliminación de óxido y pintura: Podés sustituir el disco de corte y cambiarlo por un cepillo especial para retirar capas de óxido sobre superficies metálicas y pintura deteriorada.

Hacer cajas de luz: Las amoladoras permiten sacar líneas rectas en muros de ladrillo. Esto es muy útil si querés empotrar una caja de luz en una pared.

Trabajar sobre hierro: Se pueden realizar trabajos de cerramientos cortando barras, vigas y chapas para, por ejemplo, construir rejas o puertas para garajes.

¿Qué hacer cuando terminás de usar la amoladora?

Cuando terminás de trabajar con la amoladora, lo primero y más importante que tenés que hacer es esperar a que el disco deje de girar. Luego, apoyá la máquina en una superficie nivelada y, si ya terminaste de trabajar con ella, desconectala de la corriente eléctrica.

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