San Valentín: evitando peleas en el baño con tu pareja

“Más vale prevenir que curar” dice el refrán y por algo persiste de generación en generación. Te compartimos algunos consejos e ideas para que el baño deje de ser un problema en tu relación. 

“El baño y la pareja” podría titularse una monografía de miles de páginas o el próximo best seller, ya que este ambiente es un vórtice en la relación entre dos personas, que puede unirlas para siempre o hacer estallar el vínculo por los aires. ¿Cepillarse los dientes juntos está bien? ¿Entrar mientras el otro se baña? ¿Charlar desde el inodoro se tiene que vetar por siempre? Desde Trono de Familia Bercomat vamos a ayudarte a evitar peleas de pareja. ¡Artículo indispensable si estás por convivir!

¿Baño mata pasión?

Mucho cuidado con el baño porque lo que para vos puede representar algo insignificante, para el otro puede ser motivo de divorcio. Mientras algunos viven en el baño con completa naturalidad y libertad, otros encuentran ahí un tabú tan grande que ni siquiera pueden imaginar a la otra persona cerca del inodoro

De todas formas, por más open mind que nos consideremos, descubrir ciertos hábitos puede hacernos replantear una relación entera. Por ejemplo, si jamás de los jamases baja la tabla, si rara vez se cepilla los dientes, se baña con poca frecuencia o descubrís, como quien no quiere la cosa, que dedica una cantidad de tiempo excesiva en su estética personal, podés llegar a conclusiones complicadas.

Reglas claras: los sí y los no del cuarto de baño

Convivas o no, cuando empezás a compartir la cotidianidad con una pareja conviene dejar ciertos puntos claros y así evitar los malos entendidos y las caras amargas.

Charlas en el inodoro

Si para vos el baño es un espacio de relax e intimidad, abortá de entrada el diálogo en este ambiente. Nada de “me dejás pasar”, “un segundito”, ni “no aguanto para contarte”. A ejercitar la paciencia y los límites porque donde cedés un centímetro, lo tenés instalado en el bidet.

Cuidá el espacio común

Hay ciertas cosas que conviene aclarar para evitar la peor de las ondas.

  • La toalla no es un trapo de piso. 
  • El dentífrico, el shampoo y las cremas se cierran después de usarlos. 
  • El rollo de papel higiénico que se termina, se sustituye EN EL MOMENTO.
  • Si se acaba el jabón, se pone uno nuevo. 

Podés sumar todos los ítems que necesites. No es mala onda, es cuidarse. 

Usar el inodoro mientras el otro se ducha

En general comienza como una muestra de confianza. El problema está cuando se vuelve costumbre y cada vez que un integrante de la pareja entra en la ducha, el otro se siente habilitado para usar el Trono. Bueno, ¡basta con esto porque arruina todo! TODO. A nadie puede gustarle ser testigo cotidiano de escenas tan dantescas.

Y si estás pensando “tenemos un solo baño en casa”, tranca. Ahora vamos con las soluciones para evitar los problemas en la pareja a causa del baño. 

Sumá un baño extra

Si tenés uno solo y eso implica un problema, llegó la hora de sumar uno más. Corta. No pienses con el bolsillo porque lo que te ahorres en la obra lo vas a gastar en terapia. 

Aprovechá esos metros cuadrados en desuso o apelá a tu lado más ingenioso. Ese hall distribuidor enorme o los pasillos anchos pueden reconvertirse en un toilette mega práctico. ¡Usá la imaginación que el cambio vale la pena!

Construí un antebaño

Fundamental si no tenés mucho espacio pero necesitás un poco más de intimidad. En el antebaño podés poner la bacha para que quede separada del resto de los artefactos y así cepillarte los dientes, maquillarte o hacerte tus rutinas de skincare tranqui, sin reclamos. 

Dos bachas 

Sumar una segunda bacha puede ser una solución para personas “obse” de la limpieza que les cuesta compartir pero que no tienen suficiente espacio o dinero para hacerse un baño propio. Las dos bachas agilizan muchísimo: te permiten disponer del baño en cualquier momento (sobre todo si están en un antebaño). Y además te permite tener todo como te gusta, olvidándote de los pelos y restos de producto que puede dejar tu pareja. 

(h2) El sueño del pibe: tener un baño propio

Y si estás dulce, tenés espacio y una gran necesidad de intimidad, ¡no lo dudes! El baño propio es LA solución para muchas parejas. 

Y es una forma de empezar a deconstruir los mandatos. ¿Quién dijo que se tiene que compartir todo? ¿Qué pasa si los estándares de limpieza son radicalmente diferentes? Y si uno puede permitirse este lujo, ¿por qué no? 

Algunos lo llaman el paso previo a dormir en habitaciones separadas. Pero que dé un paso al frente quien se crea capaz de dar cátedra sobre el amor. 

Te ayudamos a cuidar tu relación

Sabemos que construir proyectos de vida en común no es fácil, ¡pero sí que vale la pena! Por eso te ayudamos con ideas y los productos que buscás para hacerte la vida mucho más amena y feliz. ¡Visitá nuestra tienda online y encontrá lo que necesita tu rutina! 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *